EE.UU. inicia construcción de nuevo muro secundario en la frontera con México
El Gobierno de Estados Unidos ha comenzado la construcción de un nuevo muro secundario a lo largo de la frontera con México, específicamente entre la zona de Nuevo México y Ciudad Juárez, una medida que ha generado rechazo tanto en el ámbito local como internacional. El nuevo muro, que se extenderá por 11 kilómetros, se caracteriza por estructuras de acero de más de 30 metros de altura, lo que lo hace significativamente más resistente que las barreras anteriores.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), el nuevo muro forma parte de un proyecto integral que incluye más de 137 kilómetros de barreras fronterizas en diversas regiones como San Diego, Yuma, Tucson, El Paso y el Valle del Río Grande, donde la construcción sigue un ritmo acelerado.
La controversia del muro y las voces de rechazo
El párroco de la comunidad de Mater Dolorosa, Javier Calvillo, se ha manifestado en contra de esta nueva infraestructura, criticando la postura del gobierno estadounidense de “poner muros” cuando una gran parte de su población es migrante. “Es curioso que un país que tenga la mayoría de su población migrante quiera poner muros. Por mucho que pongas buenos muros, por mucho que pongas púas, nunca va a poder parar la migración”, afirmó el sacerdote, destacando que los migrantes siempre encontrarán formas de alcanzar sus objetivos, incluso si ello implica cruzar zonas más peligrosas de la frontera.
El padre Calvillo también destacó el creciente riesgo al que están expuestos los migrantes, quienes, debido al endurecimiento de la frontera, se ven obligados a buscar rutas más arriesgadas, muchas veces guiados por contenido en redes sociales que ofrece información sobre métodos peligrosos para cruzar.
Un contexto de redadas y políticas migratorias restrictivas
Desde que Donald Trump asumió su segundo mandato el pasado 20 de enero, la crisis migratoria en la frontera ha empeorado. En California, las autoridades estadounidenses han intensificado las redadas migratorias, lo que ha derivado en la deportación de más de 56,000 mexicanos en los primeros meses del año. Esto ha generado fuertes críticas de organizaciones de derechos humanos, que denuncian las violaciones de derechos fundamentales cometidas, como la falta de respeto a lugares considerados refugios para migrantes, como templos y hospitales.
Ante esta situación, el padre Calvillo condenó enérgicamente las políticas de detención y deportación de migrantes, calificándolas de “violaciones a los derechos humanos”. En su opinión, las políticas migratorias de Trump reflejan un país muy dividido, que no sabe cuál es el camino a seguir.
La respuesta de la Iglesia y la celebración del Día Mundial del Migrante
Como respuesta a las políticas migratorias de Trump y la construcción del muro, la Iglesia Católica ha preparado la celebración de la 110 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, un evento en el que se lanzará un mensaje claro: “Construir puentes, no muros”.
“Si alguien se ha beneficiado de la migración regular e irregular es Estados Unidos”, aseguró el padre Calvillo. “Lo vemos en el campo, la construcción, los servicios”, añadió, haciendo un llamado a las naciones para abrir sus puertas a la riqueza humana que aportan los migrantes. A su juicio, muchos países están comenzando a adoptar posturas más abiertas y humanas hacia la migración, enfocándose en leyes dignas y respetuosas de los derechos de los migrantes.
Presupuesto récord para el muro
El pasado 8 de julio, Trump celebró la aprobación por parte del Congreso de un presupuesto récord de 46 mil millones de dólares para fortalecer las acciones migratorias de su administración, dentro de lo que describió como su “gran y hermoso proyecto de ley”. Este presupuesto contempla una inversión significativa en la construcción de barreras fronterizas, superando por más del triple lo que se gastó durante su primer mandato (2017-2021), según un análisis del American Immigration Council.
Conclusión
La construcción del nuevo muro secundario en la frontera con México refleja una polarización creciente en las políticas migratorias de EE.UU., que afectan tanto a los migrantes como a las comunidades fronterizas. Mientras el Gobierno de Trump persiste en su enfoque proteccionista y restrictivo, figuras como el padre Javier Calvillo subrayan la importancia de “construir puentes” en lugar de erigir barreras que solo perpetúan el sufrimiento y las desigualdades.