León XIV acude a la tumba de Francisco tras visitar por sorpresa un santuario agustino
El papa León XIV fue recibido este sábado con aplausos y vítores de “¡Viva el papa!” al llegar a la basílica de Santa María la Mayor en Roma, donde se arrodilló en silencio ante la tumba de su predecesor, el papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. Se trata de la primera salida pública del nuevo pontífice desde su elección, hace apenas dos días.
La visita tuvo lugar después de un emotivo viaje al santuario agustino de la Virgen del Buen Consejo, en Genazzano, en las afueras de Roma, donde fue recibido por cientos de fieles visiblemente conmovidos. Fue una “visita privada”, informó la Santa Sede, pero cargada de simbolismo personal y espiritual.
Homenaje a Francisco
León XIV, que mantiene una profunda cercanía con la figura de Jorge Mario Bergoglio, acudió a la basílica romana donde el papa emérito está sepultado por voluntad propia. A su llegada, fue recibido por los asistentes con entusiasmo. Después de ingresar por una entrada lateral, resguardada por una verja, el pontífice se dirigió a la tumba y oró en silencio. Una banda interpretó el himno pontificio mientras el papa rendía homenaje al legado de Francisco.
Horas antes, durante su primer encuentro oficial con el Colegio Cardenalicio, León XIV exhortó a los purpurados a continuar la “valiosa herencia” de su antecesor, subrayando la importancia del “cuidado amoroso de los débiles” y el fomento del “diálogo valiente” como ejes de su pontificado.
Recorrido por Genazzano
Más temprano, el papa visitó el santuario de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, regido por la Orden de San Agustín, de la cual él mismo fue prior general. El santuario alberga una venerada imagen mariana, con fuerte arraigo espiritual entre los agustinos y en la memoria de León XIII.
León XIV arribó al templo alrededor de las 16:00 horas (local), donde fue ovacionado por cientos de personas reunidas en la plaza. Tras saludar a los religiosos del lugar, rezó ante el altar y la imagen de la Virgen. Acompañado de los fieles, recitó el Ave María, cantó la Salve Regina y pronunció una oración escrita por san Juan Pablo II.
En un breve mensaje a los presentes, expresó: “He deseado mucho venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado, para llevar adelante esta misión como Sucesor de Pedro”. Recordó también su anterior visita al santuario tras ser elegido superior de los agustinos y reafirmó su confianza en la Virgen del Buen Consejo como guía de sabiduría y luz.
El pontífice concluyó su visita con un encuentro privado con la comunidad religiosa del santuario y, posteriormente, salió a la puerta principal para saludar y bendecir a los fieles congregados en la plaza.
Esta significativa jornada marca el inicio del ministerio de León XIV, que ha comenzado su pontificado con gestos de humildad, continuidad y profunda espiritualidad.