Internacional

Represión brutal contra jubilados en Buenos Aires deja decenas de heridos y más de 120 detenidos

Una violenta represión contra una marcha pacífica de jubilados en Buenos Aires, apoyados por clubes de barrio, hinchas de equipos de fútbol y diversas organizaciones sociales, terminó con decenas de heridos y más de 120 detenidos, según informó el Centro de Estudios Legales y Sociales.

El violento episodio tuvo lugar cuando los manifestantes, que se oponían a los recortes a sus pensiones y las políticas económicas del gobierno de Javier Milei, marchaban por la ciudad. La represión comenzó cuando aún solo participaban los jubilados y se extendió rápidamente a otros sectores que se unieron en solidaridad, incluidos sindicalistas y fanáticos de equipos de fútbol como Boca Juniors y River Plate.

Durante más de cuatro horas, los manifestantes fueron atacados con gas pimienta, balas de goma y chorros de agua por cinco fuerzas de seguridad enviadas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Entre los heridos se encuentra el reportero gráfico Pablo Grillo, quien se encuentra en estado grave tras recibir un golpe en la cabeza, y una mujer que sufrió un impacto directo en la cabeza.

Los manifestantes, que llevaban pancartas con sus demandas, señalaron que las medidas del gobierno de Milei los han condenado a una vida de miseria. “No tenemos ni un arma, solo un cartel”, expresaron, explicando que 290 mil pesos no alcanzan para cubrir ni lo básico como alimentos y medicamentos. Además, muchos subrayaron que el dinero gastado en la represión podría haber sido utilizado para ayudar a los damnificados por el reciente temporal en Bahía Blanca.

La indignación en la sociedad creció rápidamente, a pesar de los esfuerzos del grupo Clarín, que intentó desacreditar a los manifestantes, acusándolos de ser parte de barras bravas o vinculados a la izquierda. Sin embargo, la respuesta popular fue inmediata con cacerolazos y marchas espontáneas hacia el Cabildo y la Plaza de Mayo.

La violencia también fue criticada por los propios manifestantes, quienes recordaron que en el pasado figuras como Diego Maradona se habían expresado en defensa de los jubilados, subrayando lo vergonzoso de la situación.

En medio de esta represión, la ministra Patricia Bullrich justificó el accionar de las fuerzas de seguridad, argumentando que los manifestantes eran parte de un “grupo subversivo”, y describió al reportero gráfico Grillo como un “detenido”, lo que generó más controversia. Además, Bullrich destacó que se había identificado a varios de los manifestantes mediante un sistema de espionaje ilegal, apuntando especialmente a los hinchas de fútbol.

A medida que la represión avanzaba, se impidió el acceso de los detenidos a abogados y familiares, un acto que ha sido fuertemente criticado por organismos de derechos humanos. En total, más de un centenar de personas fueron detenidas, incluidas figuras que no formaban parte de la protesta, como el sacerdote Paco Olivera, conocido por su labor social.

Este episodio ha marcado un punto crítico en la relación entre el gobierno de Milei y la sociedad, y se espera que la tensión continúe a lo largo de la noche con nuevas protestas y demandas de renuncia al presidente.